El 19 de abril de 1956, en la catedral de San Nicolás, se celebró una de las bodas más importantes de nuestra historia, la más importante del siglo XX: la del príncipe Rainiero de Mónaco y la princesa Gracia, era la boda de una estrella de Hollywood con un príncipe, una historia de película. Una pareja envidiada por el amor que se tenían y por la maravillosa boda de cuento que tuvieron.
Grace Kelly (nombre de soltera) de Mónaco fue la auténtica princesa de Estados Unidos y la actriz predilecta de Alfred Hitchcock. Nacida en Filadelfia, a la edad de 22 años se convirtió en actriz, carrera que abandonó por amor. Considerada como una de las mujeres más guapas del mundo, fue la que aportó glamour y distinción al principado.
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